Geografía
de Venezuela
Localización de superficie
El territorio venezolano, con una superficie total de 916.445 km2 (área
continental e islas) está localizado en la porción septentrional de América
del Sur, entre los paralelos 0° 43" y 2° 11' 46" de latitud N
y los meridianos 59° 48' y 73° 25' de longitud O; es por consiguiente un
territorio totalmente ubicado en el hemisferio N. Venezuela posee más de
2.800 km de costa Caribe y Atlántica, aunque fundamentalmente sobre el
Caribe, así como también condiciones positivas de navegación a través
de su principal río, el Orinoco. Es un país cuyas características de
localización son muy favorables. Su orientación hacia el Caribe permite
la navegación marítima, menos costosa, con los puertos más activos del
mundo. Tiene una localización central en relación con el N y el S del
continente americano y con África, es decir, hacia los más diversos
mercados del mundo; además, ésta ha facilitado el acceso a los mercados
petroleros internacionales, y ha estimulado el tráfico aéreo
internacional sobre su espacio. El territorio venezolano está limitado al
N por el mar Caribe, al E por el océano Atlántico y la República de
Guyana, al S por la República Federativa de Brasil y al O por la República
de Colombia.
El ambiente físico natural
Relieve: El extenso territorio venezolano muestra grandes diferencias de
relieve, que al presente, es una etapa del largo proceso evolutivo de
nuestro planeta, el cual comenzó hace más de 600.000.000 de años. El
relieve más antiguo corresponde al escudo guayanés, el resto del
territorio actual se hallaba ocupado por un mar que cubría profundas
depresiones, de las cuales surgieron posteriormente a lo largo del tiempo,
los distintos relieves actuales. De acuerdo con las macroformas del
relieve venezolano, éste se puede clasificar en 6 provincias fisiográficas,
en las cuales, a su vez, se diferencian áreas de cierta homogeneidad,
denominadas regiones naturales, tomando en cuenta las características del
relieve, clima o vegetación; estas provincias fisiográficas son:
cordillera de la Costa; serranías de Lara, Falcón y Yaracuy; los Andes;
los llanos; la Guayana venezolana y las llanuras costeras e islas. La
cordillera de la Costa se extiende desde la depresión Turbio- Yaracuy al
O, hasta la doble península de Araya-Paria al E (incluyendo el N de Anzoátegui
y Monagas); de N a S está comprendida entre el mar Caribe y la depresión
llanera; se encuentra dividida en 2 sistemas: el central y el oriental,
separados por la depresión de Unare; ambos abarcan total o parcialmente
las entidades federales de Yaracuy, Cojedes, Carabobo, Aragua, Guárico,
Distrito Federal, Anzoátegui, Sucre y Monagas. El sistema orográfico
central se originó durante el Cretáceo, sufriendo hundimiento posterior
y reapareciendo durante el Terciario; está formado por rocas
sedimentarias y metamórficas (gneis y esquistos), con intrusiones ácidas
(granitos) al N y básica (gabros) al S, donde también hay predominio de
materiales sedimentarios; las intrusiones originaron 2 franjas desiguales
al N y al S, separadas por el surco tectogénico que constituye la depresión
del lago de Valencia, el valle del Tuy y el estuario rellenado de
Barlovento. Como regiones naturales se diferencian; macizo de Nirgua,
cadena del Litoral, depresión del lago de Valencia y valles del Tuy
medio.
El sistema orográfico oriental se presenta en 2 franjas desiguales
en anchura, longitud y topografía; aun cuando ambas se formaron durante
el Cretáceo, son de origen y textura rocosa diferentes; la norteña,
extendida a lo largo de la doble península Araya-Paria, está constituida
por rocas metamórficas (micaesquistos principalmente); presenta gran
similitud su petrografía con la cadena del Litoral Central, aun cuando
las alturas son menores; como regiones naturales pueden señalarse: cadena
del Litoral Oriental, macizo del Bergantín, macizo de Caripe y valle del
Manzanares. Las serranías de Lara, Falcón y Yaracuy, constituyen una
provincia que se caracteriza por presentar un relieve poco elevado, de
transición, el cual se extiende entre los Andes y la cordillera de la
Costa. Pueden distinguirse como regiones naturales las siguientes: las
serranías de Coro; la depresión de Carora y el Tocuyo medio; la depresión
del Turbio-Yaracuy y la sierra de Aroa. La provincia fisiográfica de los
Andes agrupa 2 subprovincias; los Andes venezolanos y la sierra de
Motilones-Perijá; ambos relieves son de origen Terciario, siendo el
segundo de principios del Eoceno y Oligoceno; los Andes venezolanos
actuales surgieron durante el Mioceno; durante el Plioceno se produjeron
nuevos levantamientos en ambas subprovincias. La cordillera de Mérida o
Andes venezolanos es un relieve de dirección SO-NE, con una longitud de
460 km; está limitado al SO y al NE por 2 fosas tectónicas: la depresión
del Táchira y la del Yaracuy respectivamente; estructuralmente, el sector
NE está formado por rocas metamórficas e ígneas (esquistos, gneis,
granito); hacia el SE predominan rocas sedimentarias (serranías del
Uribante y del Caparo); la estructura central se halla también formada
por rocas ígneas y metamórficas y es donde se presentan las máximas
alturas, desde el páramo del Batallón, al S de La Grita, hasta el páramo
de Cendé, al S de Carache, las cuales no bajan en promedio de 3.000 m;
aquí es donde se encuentran los picos más elevados del relieve
venezolano; entre ellos, destacan el pico Bolívar con 5.007 m y las
cumbres de Humboldt y Bonpland con 4.942 y 4.883 m respectivamente; a
partir del páramo de Cendé el relieve comienza a descender, bifúrcandose
en 2 sierras: Barbacoas y Portuguesa; este gigantesco macizo, constituido
por bloques separados por medio de fosas o depresiones lineales, está
dividido en la dirección de su eje, en 2 sierras principales: sierra
Nevada de Mérida (al S de la depresión) y sierra de La Culata (al N de
la misma). Los ríos que ocupan la depresión son el Chama, en su sector
central y el Motatán al N. Pueden definirse como regiones naturales: la
depresión del Táchira; la sierra nevada de Mérida y de Santo Domingo,
la sierra de La Culata; los valles del Chama y el Motatán; la cordillera
de Trujillo; las sierras de Calderas y de El Rosario; la sierra de
Barbacoas, de Portuguesa y la serranía del Batallón: y la región Tamá-Capacho.
La sierra de Motilones-Perijá es una prolongación de la cordillera
oriental colombiana; configura 2 secciones de morfología y amplitud
diferentes; se inicia en el valle del río Intermedio y termina en los
Montes de Oca; la sección S constituye la sierra de Motilones, de orografía
simple; la sección N, se divide en 2 filas: la serranía de Valledupar al
O y sierra de Perijá al E. La sierra de Motilones tiene una estructura
predominante de rocas ígneas y metamórficas, con estratificaciones cretáceas
al N; a partir del río Negro; hacia el N, el relieve se ensancha y se
divide (al N del Apón), formando 2 sierras paralelas; Valledupar
(fronteriza) y Perijá (al E). Entre ambas hay un surco por el que corren
los ríos Apón y Guasare, con rumbos opuestos.
Las alturas de ambos
alcanzan los 3.000 m. Al N del paralelo 11, el relieve disminuye su
altitud y anchura y recibe el nombre de serranía de Montes de Oca; este
relieve está separado de la plataforma baja de la Guajira por una línea
de fallas. La provincia fisiográfica de los llanos está localizada entre
los Andes, la cordillera de la Costa y el Escudo Guayanés y ocupa una
tercera parte del territorio nacional; desde los Andes hasta las bocas el
Orinoco. Tiene una longitud aproximada de 1.300 km, y hacia el O, se
prolonga fuera del país, hasta la llanura amazónica. Esta provincia
presenta diferencias morfológicas notables: comenzó a formarse durante
el Carbonífero, en el geosinclinal que separaba el Escudo Guayanés de
las tierras altas del N; posteriormente el geosinclinal se dividió en 2:
uno sufrió levantamientos y plegamientos y originó los Andes y el otro,
los llanos, en la medida en que el mar se fue retirando del geosinclinal.
La depresión se halla diferenciada en 2 mitades por la estructura del eje
El Baúl-Paraguaná, el cual se extiende hasta las galeras del Cinaruco,
en la margen izquierda del Orinoco y se manifiesta por afloramientos
rocosos ígneos y metamórficos del Paleozoico Superior. Al O de este eje,
se encuentran los llanos en sentido estricto. Estos 2 bloques se
seccionaron a su vez, resultando 4 regiones de llanos: meridionales (o
bajo llano), occidentales, centrales y orientales. La Guayana venezolana
es la provincia fisiográfica que corresponde a los estados Bolívar y
Amazonas; está delimitada al N y al O por el río Orinoco; al E y al S
por las sierras de Imataca, Cuyuní, Pacaraima, Curupira y Tapirapecó. El
Escudo Guayanés conforma las tierras más antiguas del país, en un
inmenso bloque de rocas ígneas y metamórficas, con intrusiones de rocas
efusivas, el cual, por efecto de presiones tectónicas, fue resquebrajado
en bloques menores sobre los cuales la acción de la erosión ha
proporcionado una apariencia de orografía sistemática. Pueden
diferenciarse 4 regiones naturales: llanos ondulados, cuenca Cuyuní,
mesetas del S y penillanura del Casiquiare. Las llanuras costeras e islas
integran una provincia fisiográfica, conjuntamente con la plataforma
continental y están localizadas en la periferia de los relieves montañosos
del país. Las regiones naturales más destacadas en cuanto a superficie
abarcada, son de O a E las siguientes: las llanuras deltaicas, la costa de
Araya-Paria, la planicie de Aragua-Neverí, la isla de Margarita (núcleo
montañoso oriental, núcleo montañoso occidental, llanura costera), la
cuenca del Unare, la llanura de Barlovento, la costa alta del centro, la
planicie aluvial de los ríos Yaracuy y Aroa, la llanura deltaica de El
Tocuyo, la planicie del Hueque y el Ricoa, la península e istmo de
Paraguaná, la costa baja de Coro y la cuenca del lago de Maracaibo (con
sus 5 sectores: norte-oriental, meridional, occidental, marabina y
Guajira).
Hidrografía: Las grandes cordilleras determinan la distribución de las
aguas superficiales en 2 vertientes: Caribe y Atlántica. La del Caribe la
integran 8 grandes cuencas: la del lago de Maracaibo, del golfo de
Venezuela, de los valles marítimos, del litoral central, del Tuy, del
Unare, del Macizo Oriental y la de Paria. La vertiente del Atlántico la
integran principalmente los ríos del vasto sistema del Orinoco, cuya
cuenca comprende las zonas del Apure, Guárico, Anzoátegui, Monagas, del
alto Orinoco, Sipapo, Ventuari, Suapure, Cuchivero, Caura, Aro, Caroní y
delta del Orinoco; también forman parte de esa vertiente Atlántica (pero
no de la cuenca del Orinoco) la cuenca del golfo de Paria y la del Cuyuní
(esta última drena al Atlántico a través de Guyana). El Casiquiare, al
S del estado Amazonas, forma parte de la cuenca del río Negro, que a su
vez integra la cuenca del Amazonas. La única cuenca interior o endorreica
de Venezuela es la del lago de Valencia. La importancia de las aguas
superficiales en la conformación del modelado superficial de Venezuela,
es innegable. El río Orinoco, eje central de la hidrografía nacional,
tiene una longitud de 2.140 km; visto en un mapa simula una especie de
arco que se inicia en el estado Amazonas; cerca del Brasil, al S del país,
corre hacia el O, luego al N y finalmente toma rumbo al E para llevar su
caudal al océano Atlántico. La cuenca venezolana del río Orinoco cubre,
parcial o totalmente, áreas de 17 estados, recibe aguas de unos 1.000 ríos
y quebradas de los cuales 194 son de gran caudal, lo cual permite que en
la desembocadura, el río tenga un caudal promedio de 18.000 m3/s. Los
otros grandes ríos de Venezuela son: el Apure, el Capanaparo, el
Cinaruco, el Meta, el Arauca, el Caura, el Caroní, el Ventuari, el
Uribante, el Santo Domingo y el Portuguesa, todos tributarios de la cuenca
orinoquense, es decir, de la parte central y meridional del país. De la
parte N del territorio, resaltan los ríos Catatumbo y Escalante, que
drenan al lago de Maracaibo. En la zona centro-occidental, los ríos
Tocuyo, Aroa y Yaracuy constituyen los cursos de agua más importantes.
Los ríos Tuy y Unare, son los más importantes del centro-norte del país
y de ellos, el Tuy constituye la principal fuente de abastecimiento de
agua para la ciudad de Caracas. En la parte oriental de Venezuela, los ríos
presentan un recorrido y caudal menor y entre otros, se destacan el Neverí
y el Manzanares, que llevan sus aguas al mar Caribe y el San Juan que
desemboca en el océano Atlántico.
Clima: A consecuencia de estar localizada a una baja latitud, Venezuela es
un país de clima tropical en una considerable extensión de su
territorio. El clima tropical se caracteriza por presentar elevadas
temperaturas medias durante todo el año (sobre 25 °C) y oscilaciones
notables de éstas entre el día y la noche (hasta de 16 °C en 24 horas).
En vastas áreas del territorio venezolano, la temperatura está sujeta a
modificaciones, producto de la altitud; esta diversidad de temperaturas,
tiene valor económico, ya que permite una variedad de cultivos. Venezuela
se encuentra dentro de la faja de vientos alisios; estos son vientos
planetarios que soplan desde las regiones de altas presiones de las
latitudes medias hacia las calmas ecuatoriales o frente intertropical. La
dirección e intensidad con que soplan en Venezuela, oscila notablemente
durante el año, de acuerdo con la estación; entre enero y abril, la
dirección predominante es del NE; en cambio, en julio es del E. La
precipitación es un elemento climático de primordial importancia en la
caracterización del clima venezolano; en el país predominan las
precipitaciones de tipo convectivo, es decir, las que son producto del
calentamiento excesivo de la superficie de tierras y aguas, lo cual
origina el ascenso de corrientes verticales de aire caliente y húmedo,
que al enfriarse, producen la condensación del vapor de agua y la formación
de densas nubes, casi siempre en forma de cúmulos; estas precipitaciones
son comunes en vastas áreas del país durante la estación lluviosa. Otro
tipo de precipitaciones comunes en Venezuela son las orográficas, o sea,
las que se originan cuando grandes masas de aire húmedo encuentran
barreras montañosas que les obligan a ascender y enfriarse, provocando su
condensación y precipitación; tal como ocurre en las laderas de las
montañas de Barlovento. Los volúmenes de precipitación presentan
grandes diferencias regionales; sin embargo, cuando ningún otro factor
interviene, las lluvias en Venezuela disminuyen de S a N; las
precipitaciones máximas ocurren en el Amazonas, mientras que las mínimas
corresponden al litoral Caribe (península de Paraguaná); las
precipitaciones más próximas a las medias nacionales ocurren en los
llanos, donde son también las más regulares en cuanto al régimen
estacional; en las laderas andinas hay lluvias abundantes, pero en las áreas
más elevadas son relativamente escasas; en las áreas intramontañosas
situadas a barlovento de los alisios (como la depresión del istmo de
Paria, Barlovento y la depresión del Yaracuy), las lluvias aumentan
considerablemente. De acuerdo con el sistema de clasificación de Koeppen,
los principales tipos de clima en Venezuela son: el de selva tropical
lluvioso (AF) en Amazonas y sur de Guayana; el de sabanas (AW), el cual
ocupa la mayor extensión del país incluyendo los llanos al N de Guayana,
la mayor parte de la cordillera de la Costa y las secciones más bajas de
los Andes; y el de estepas (BS) en el litoral seco, en las depresiones de
Lara y Falcón y algunos valles bajos andinos.
Vegetación: La vegetación natural es la totalidad de formaciones
constituidas por las plantas nativas de un área. Los factores geográficos
influyen o limitan la vegetación, de allí que en Venezuela puede señalarse
la existencia de las siguientes formaciones vegetales: selvas lluviosas
(corresponden a áreas de gran humedad y altas temperaturas constantes
como la Amazonia venezolana); bosques nublados (corresponden a las áreas
de intensa humedad permanente de las partes altas de los Andes, de la
cordillera de la Costa y de los tepuyes guayaneses); bosques deciduos o
caducifolios (ocupan una ancha faja en la cordillera de la Costa, en el
piedemonte andino y en la Guayana, donde hacia el N compiten con las
sabanas y hacia el S con la selva); sabanas (corresponden a una vegetación
predominante de gramíneas, ubicadas en la mayor parte de los llanos y
extensiones considerables de Guayana); formaciones xerófilas (ubicadas al
N de Guayana, áreas de la cuenca de Maracaibo, en el piedemonte oriental
andino, en los llanos altos centrales y las mesas orientales); páramos y
matorrales andinos (abundantes en hierbas y arbustos leñosos, con árboles
escasos); y manglares (son formaciones halófilas a lo largo de las costas
bajas venezolanas como el delta del Orinoco, golfo de Cumaná, lagunas de
Píritu, Unare, Carenero, costas de Carabobo, Falcón y del lago de
Maracaibo).
Los factores geohistóricos y su influencia en la conformación del país
Paisaje prehispánico: Para el momento del descubrimiento de América, a
fines del siglo XV, el territorio actual de Venezuela se encontraba
ocupado por una gran diversidad de pueblos, con diferentes grados de
cultura y modos de vida; estos pueblos abarcaban desde el nomadismo
recolector hasta una organización social bajo un jefe y una agricultura
experimentada. Las fuentes históricas conocidas han permitido hacer una
estimación general de las áreas más densamente pobladas y de las áreas
con población nómada y aunque ello no proporciona información precisa
de los volúmenes poblacionales, sí procura cierto nivel de conocimiento,
el cual deberá ser ampliado y complementado por las investigaciones
arqueológicas y etnolingüísticas; de esta manera se logrará la
caracterización definitiva del poblamiento del territorio de Venezuela
durante el período prehispánico. Puede decirse que existían
fundamentalmente dos grupos lingüísticos dispersos en todo el ámbito
nacional: el arawaco (o aruaco) y el caribe; estos grupos estaban
concentrados en grandes áreas dentro de las cuales estaban enclavados
otros pueblos, cuyo grupo idiomático no ha sido bien determinado todavía.
Los estudios arqueológicos permiten presumir que los pueblos arawacos
eran de procedencia andina suramericana, la cual debió entrar por el
corredor del Orinoco, ocupando las riberas del río; invasiones más tardías
pudieron entrar por el piedemonte llanero occidental de los Andes
suramericanos y por la costa atlántica desde el Amazonas; posiblemente
los pueblos ribereños avanzaron hacia la costa y hacia el piedemonte
andino; asimismo, aprovecharon las abras orográficas, especialmente el
surco Turbio-Yaracuy, para desplazarse hacia las tierras falconianas y el
golfo de Venezuela y llegar hasta la Guajira; hacia el oriente, lograron
dispersarse hasta las pequeñas Antillas. Este avance arawaco produjo el
aislamiento de otros grupos radicados anteriormente en el territorio, tal
es el caso de los timotes, cuicas y chamas, en los Andes, grupos que se
presume eran de lengua betoya. La otra oleada invasora, la de los caribes,
provenientes de las tierras ístmicas del Caribe, ocurrió unos siglos
antes de la llegada de los españoles; logró ubicarse entre los
pobladores existentes, especialmente en el centro y oriente, aislando a su
vez a los arawacos, sin embargo, estos se mantuvieron en occidente, con
excepción de los Andes y de la vertiente occidental del lago de
Maracaibo. La cordillera andina estaba poblada por los timoto-cuicas, en
sus áreas más elevadas y en algunos valles que descienden hasta las
tierras cálidas, coexistiendo con pueblos de diferentes etnias. Los
caquetíos, jiraharas, gayones y ayamanes penetraron por el flanco
meridional de la cordillera a través de los cursos de los principales ríos
y obligaron a los timoto-cuicas a refugiarse en las altas cumbres. El
poblamiento de los Andes venezolanos presentaba distintas densidades
demográficas, producto de las actividades económicas de los diferentes
grupos. Las áreas con altas densidades de población correspondían a las
agriculturas de riego permanente, cuya población estaba organizada en
aldeas con viviendas de piedra, paja y barro. Las áreas con una relativa
densidad demográfica pero con aldeas estables, fueron aquéllas cuya
agricultura era de azada. Las áreas con escasa densidad demográfica se
vinculaban con una economía basada en la recolección, caza y pesca y se
localizaban en la periferia. La agricultura de los timoto-cuicas es la
actividad más avanzada de los primitivos pobladores en el país. De allí
que en sus relatos, Jorge de Spira señala que cuando ascendía de los
llanos de Barinas, localizó poblados con depósitos de más de 1.500
fanegas de maíz, volumen significativo de excedente agrícola, el cual
permitía el intercambio de productos de consumo con otros grupos indígenas.
Los pobladores andinos mantenían comercio con las poblaciones del llano y
del lago de Maracaibo, y la agricultura del área andina influyó de
manera significativa en la concentración y estabilidad de la población
indígena; posteriormente, estas peculiares condiciones demográficas se
ponen de manifiesto, en el período colonial, ya que las primitivas aldeas
indígenas facilitaron la fundación de pueblos hispanos, como es el caso
de los Aborígenes tostós, tomoni, jajáes y tiranjá, los cuales fueron
la base para el establecimiento de las poblaciones de Tostós, Niquitao,
Jajó y Tirandá, entre algunos de los numerosos ejemplos. Asimismo, los
Andes requirieron de escasa mano de obra de negros esclavos. Las costas y
tierras adyacentes del lago de Maracaibo, estaban pobladas por grupos
arawaco y caribes. Alonso de Ojeda estableció contacto en 1499 con aldeas
enclavadas en el lago; estos grupos eran pueblos de economía preagrícola.
En la Guajira venezolana dominaba el nomadismo; en la provincia de
Paruara, Axuduara, Xuruara o Churuaran, la cual incluía las tierras
planas costaneras del lago, desde Punta Misoa hasta la desembocadura del
Chama, predominaban los grupos preagrícolas, pero también existían
aldeas cuya vida económica combinaba la pesca, el intercambio de bienes
de consumo y la agricultura. Las fuentes históricas señalan que el
actual estado Falcón estaba ocupado por caquetíos y jiraharas; los
primeros, de filiación arawaca, residían en la llanura costera desde los
límites de Falcón y Zulia hasta la boca del Yaracuy, los segundos
ocupaban las áreas montañosas de Falcón (sierras de San Luis,
Churuguara, Aguas Negras), hacia el O coexistían con ayamanes y gayones.
Los caquetíos fueron una población numerosa, consecuencia de la
agricultura de bajo riego; y desarrollaron rutas comercial-migratorias
hacia el interior, en los valles del Turbio y del Yaracuy. Los valles
centrales y estribaciones de la cordillera de la Costa formaban también
un área densamente poblada, cultivaban maíz, yuca, batata, auyama y árboles
frutales. Los indios aragua se concentraban en el valle del mismo nombre y
los tacarigua en las vertientes del lago de Valencia. Ocupaban también
estos grupos las ensenadas de la costa; fueron cultivadores y pescadores y
desarrollaron asimismo una excelente alfarería. Los cumanagotos se extendían
por la costa, faldas montañosas de Bergantín, valle del Neverí-Prespuntal
y tierras de contacto en la cuenca de Unare y las mesas; estos aborígenes
habitaban aldeas que constituyeron una importante base para el desarrollo
demográfico durante la colonización. En el litoral y en la isla de
Margarita habitaban los guaiqueríes, dedicados a la pesca y a la
agricultura primitiva. El denso poblamiento del nororiente del país
contrasta con la escasa población dispersa observada en las riberas del
Orinoco. Ambas riberas del río estaban despobladas, por lo menos hasta
los raudales de Atures. Los llanos venezolanos estaban ocupados por grupos
con diferentes grados de desarrollo económico-social, los había
dispersos con una economía de recolección, caza y pesca; y otros
nucleados y asentados en aldeas como los otomacos, localizados en las
llanuras entre el Apure y el Orinoco, con agricultura y pesca intensivas.
Llano adentro residían los achaguas, nación muy numerosa, extendida
desde Barinas por todos los llanos occidentales hasta Popayán (actual República
de Colombia).
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