Eco
Regiones de Venezuela
Cordillera de la Costa
Esta región se encuentra en parches altitudinales entre elevaciones medias y altas a lo largo del
Montañas costeras del norte de Venezuela rango (entre 600 -2675 m en las altas cumbres),
y apoya extraordinariamente diversos bosques montanos siempreverdes. Separada físicamente del
los Andes por la depresión de Yaracuy, y de los bosques de la florística de Guayana
provincia por las extensas llanuras de los Andes (llanos), estas montañas están aislados de uno
otro por mucho más secas alrededores tierras bajas. Aislamiento y una gran variedad de
escenarios fisiográficas, han creado una extraordinaria riqueza de especies y fuerte
procesos de especiación que se manifiestan en un alto nivel relativo de plantas y animales
endemismo.
Ubicación y descripción general
La Cordillera de la Costa bosques montanos se encuentran en la cordillera de la costa norte
de Venezuela. La ecorregión se compone de varios enclaves que van desde
aproximadamente 600 a 2675 msnm. La Cordillera de la Costa, o Costa de montaña
gama, se separa de los Andes por la depresión Yaracuy, y desde el
los bosques del sur de la provincia florística de Guayana por la extensa Llanos. La
bosques montanos están aislados unos de otros por vegetación xerofítica.
La Cordillera de la Costa se extiende 720 kilometros de este a oeste a lo largo de la costa norte de Venezuela.
La sección occidental de la Cordillera se encuentra en el estado de Yaracuy, donde la depresión del
Río Yaracuy forma una separación hacia el sudoeste natural. Dos partes principales del oeste
Cordillera de la Costa se reconoce generalmente, la Serranía del Litoral, en la sierra norte
gama a lo largo de la costa del Mar Caribe, y la Serranía del Interior al sur de Valencia
lago y los valles de Caracas. Las montañas más importantes de la Serranía del Litoral son los
Ávila (2.200 m), La Silla de Caracas (2650 m) y Pico Naiguatá (2.675 m, el pico más alto de la
cordillera entera), ubicado al noreste de Caracas. Pico Codazi (2.200 m), cerca de la Colonia Tovar, y
montañas de Rancho Grande se encuentran al norte de la ciudad de Maracay. La Serranía del Interior
incluye Cerro Platillón (1.930 m), y las montañas de Guatopo (1800 m). La sección oriental de
la Cordillera de la Costa, incluye las áreas montañosas al este de Bergantín y los que lo rodean
Caripe, con una elevación máxima de 2.596 m en el Cerro Turimiquire y la cordillera de los
Península de Paria. Esta península tiene dos altas cumbres con bosques montanos: Cerro Humo (1350 m)
y Cerro Patao (1.048 m).
La Cordillera de la Costa, que se forma durante el período terciario, es más antigua que los Andes. Este
cordillera comenzó a ser levantada por el movimiento tectónico durante el período Cretácico superior, y
alcanzado su configuración actual con una orientación de oeste a este (Steyermark 1979). La
Cordillera de la Costa se compone principalmente de esquisto y gneis, sustentada en algunas partes por
granitos; calizas también están presentes en varias áreas, especialmente en la Serranía del Interior, fueron
los Morros de San Juan ofrece un rasgo característico del paisaje (Huber, 1997). Las rocas Calize
en la proximidad de de Caripe se han originado la cueva del Guácharo, el más famoso kárstico
formación de Venezuela (PDVSA 1995). Los suelos son generalmente ácido y Entisoles predominante y
ultisoles; niveles de nutrientes son generalmente bajos con excepción de ciertos suelos localizados en los valles
alrededor del lago de Valencia (Huber y Frame 1989).
El clima de la Cordillera de la Costa está fuertemente influenciado por los vientos alisios del noreste,
especialmente durante la estación seca de diciembre a abril, mientras que durante la temporada de lluvias el
Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) alcanza sus vientos del norte con alta humedad. En el
bosque de montaña, el clima consiste en condiciones mesotérmicos prehumid (promedio anual
temperatura de 10 ° -20 ° C y precipitaciones entre 1000-3000 mm). Niebla frecuente se produce por encima de aproximadamente
800 m sobre el barlovento, y 1000 m en las laderas de sotavento, y se extiende hasta 1000-1200 m
(Huber 1997).
Según Huber (1997), esta ecorregión incluye tres tipos de bosque: la transición de hoja perenne
bosques, bosques nublados montanos siempre verdes y bosque enano montano superior. Transición Evergreen
bosques, entre 600 y 900 m, forman una estrecha franja entre el montano bajo
bosques semideciduos y bosques montanos superiores, o alguna vez verde bosque montano. Aquí el
gigante endémica caribensis Gyranthera (hasta 60 m de altura) forman pequeños puestos emergentes por encima de la
dosel del bosque en general dominan por Trophis racemosa, Ficus macbridei, Tetragastris
caracasana, ocumarense Zanthoxylum, Banara nitida, etc. El sotobosque está dominado por
arbustos de micans Aphelandra, disgrega Besleria Psycotria macrophylla y Hoffmannia
apodantha, junto con grandes colonias de hierbas gigantes como Musáceas (Heliconia bihai, H.
revoluta), Araceae (Dieffenbachia maculata), Marantaceae, y muchos helechos.
Bosques nublados montanos siempreverdes, que se extiende desde 1000 hasta 2200 m, son ricos en especies de la mayoría de las plantas
comunidades de toda la Cordillera de la Costa. Están estructurados de forma irregular 2-3 dosel
capas con un pabellón principal que se extiende hasta el 15-20 m. Los árboles del dosel incluyen Ecclinusa
abbreviata, latifolia Graffenrieda y Ocotea spp. Las palmeras son muy frecuentes en el dosel y
en el sotobosque, así, ya sea creciente solitario (Dictyocarium sp., Socratea sp., Geonoma
spp.) o en grandes grupos, a veces monodominantes (Hyospathe pittieri, Catoblastus
praemorsus, Bactris sp.). Epífitas (helechos, orquídeas, bromelias, ericads y Gesneriads) y
helechos terrestres son muy abundantes, y arbustos y la capa de hierba suele ser denso y dominado por
especies endémicas.
Bosque montano alto elfo y matorrales, que se asemeja en algunos casos el cinturón de sub-páramo del
Andes, se encuentra por encima de 2000-2400 m. Aquí, el matorral abierto está dominado por la primitiva
compuesta espeletioid, Libanothamnus neriifolius, y mostrar un irregular pero a menudo bastante densa
estrato herbáceo; mientras que en el bajo bosque cubierto de musgo de los árboles Clusia multiflora, Weinmannia spp.
y Prumnopitys harmsiana, son los más frecuentes.
Este patrón general en la distribución de la vegetación debido a la elevación es común en la mayoría de las
montañas de la Cordillera de la Costa. En algunas regiones, como en las montañas de la
Península de Paria, la exposición a los vientos dominantes hace fuertes modificaciones en el local,
condiciones de humedad y temperatura, lo que permite bosques siempreverdes montanos bajos que comienzan en
400 m sobre el nivel del mar (Moore y Beament 1989; Stattersfield et al 1998). Otros ejemplos son la
modificaciones en los patrones de vegetación presentes en las laderas de las montañas de El Ávila
Parque Nacional, y otras montañas de la región, donde la vegetación forestal original había sido
sustituido por vegetación abierta, como las sabanas, que deben mostrarse un fuerte componente de exótico
gramíneas (Huber et al 1998).
Características Biodiversidad
Los bosques montanos de Costa la Cordillera de la son ricos en especies y se consideran
las zonas endémicas más importantes para la flora y la fauna en Venezuela. Al parecer,
que el factor principal para determinar el grado de endemismo se relaciona principalmente con la
establecimiento de barreras topográficas que separan a la Cordillera de la Costa, con
estos otros dos sistemas montañosos (Steyermark 1979).
Phytogeographycally, la flora de la Cordillera de la Costa muestra unas relaciones más sólidas con
Mesoamericano y regiones florísticas del Caribe que con la flora del norte de los Andes (Huber,
1997) y la flora Guayana como Steyermark (1979). Un estudio de las especies de plantas endémicas registró un
total de 247. De acuerdo con esta encuesta, los centros de dispersión de las dos cordilleras (occidental y
oriental) que muestran el mayor número de especies endémicas son Naiguatá con 69 especies, Rancho
Grande con 40, Guácharo (Caripe) con 38, Turimiquire con 37, y Paria con 29 (Steyermark
1979). Sin embargo, otros estudios botánicos han mostrado importantes diferencias en los valores de
endemismo para las mismas áreas (véase Huber et al, 1998), revelando la necesidad de más botánico
la investigación para tener una mejor estimación de las especies endémicas.
Aves endémicas de la Cordillera de la Costa también son relevantes. Un total de 12 especies de aves son
restringido a la totalidad ecorregión (Tabla 1) Cinco de ellos son exclusivos de la cordillera occidental,
y otros cinco a la cordillera oriental, con dos especies comunes a ambos
secciones (Stattersfield et al 1998). La Cordillera oriental también incluye 45 subespecies endémicas, 13
de los cuales se limitan a la península de Paria (Cracraft 1985). El número de derivados de los Andes
especies de aves en las diversas cordilleras costeras disminuye de oeste a este, con la
número mínimo en la Península de Paria. (Moore y Beament, 1989). Toda la región oriental
aves endémicas son consideradas especies amenazadas. El colibrí de cola de tijera (Hylonimpha
macrocerca), paria Myioborus (Myioborus pariae), flor-perforador venezolano (Diglosa
venezuelensis) y la curruca de cabeza gris (griseiceps Basileuterus) están en peligro crítico, y
barbtail de garganta blanca (Premnoplex tatei) está en peligro de extinción. En la parte occidental de la endémica
crake-oxidado flanqueado (Laterallus levraudi) y el pavón con casco norte (Pauxi pauxi),
comunes a otras ecoregiones, son vulnerables y en peligro de extinción, respectivamente (Stattersfield et al
1998). Otro pájaro no endémica distribuido a lo largo de la región occidental de la Cordillera, como
el águila arpía (Harpia Harpia) y la guacamaya verde (Ara militaris), se consideran
vulnerables a nivel nacional (Rodríguez y Rojas-Surarez 1997).
La migración de aves del norte y del sur se ha registrado durante el otoño boreal (agosto-octubre) y
primavera (marzo-abril) en el Parque Nacional Henri Pittier (Zalles y Bildstein 2000). El Peregrino
Se han observado halcón peregrino (Falco peregrinus) y el halcón de anchas alas (Buteo platypterus)
durante los últimos 10 años en Paso Periquito situadas en el punto más bajo de la cordillera.
Otros dieciocho especies migratorias se han registrado durante este tiempo (Salas et al, 2000).
La ecorregión ha uno mamífero endémico registrado, Ichtyomys pittieri- una rata se alimenta de peces,
confinado a la región occidental de la cordillera (Linares 1998). También hay cuatro insectívoro
especies no endémicas de murciélagos (discifera Thyroptera, Myotis keaysi, Molossus bondae, y
Tadarida aurispinosa) que se encuentran en otras regiones neotropicales excluyendo Venezuela (Linares
1998).
No hay suficiente información sobre la herpetofauna de la Cordillera de la Costa. La
información existente disponible se basa en capturas aisladas, por lo que el número de ejemplares y
datos ecológicos de muchas especies es insuficiente. Aunque más estudios sobre la herpetofauna son
necesario, la Cordillera de la Costa Bosques Montanos se considera como una región con gran
endemismo. Al menos 21 especies de ranas y 11 especies de reptiles son reconocidas como endémicas
a esta región (Tabla 1). La rana endémica, Atelopus cruciger, que una vez fue abundante en la nube
los bosques de la Cordillera de la Costa. Hoy este anfibio es la primera rana declarada en peligro de extinción
en Venezuela (Manzanilla et al, 1995; La Marca y Lotters, 1997). La rana ha desaparecido
de las áreas protegidas como parques Henri Pittier y San Esteban (última registrada a finales de los años 80). La
rápida disminución de su población se ha relacionado con la disminución mundial de anfibios (Rodríguez
y Rojas-Suárez, 1995), y en concreto a la disminución de otras especies de Atelopus en el
Andes.
Estado actual
Los bosques montanos fragmentados restantes están restringidos a elevaciones más altas, donde
las pendientes pronunciadas son de difícil acceso (Huber, 1997). La eco-región
includes11 Parques Nacionales: Yurubí de 237 km2 (categoría II de la UICN), Henri Pittier de
1.225 km2 (categoría II de la UICN), San Esteban de 435 km2 (categoría II de la UICN), El
Ávila de 852 km2 (categoría II de la UICN), Macarao de 150 km2, Guatopo de 1225
km2, El Guácharo de 627 km2 (categoría II de la UICN), Península de Paria de 375 km2
(Categoría II de la UICN), y cinco Monumentos Naturales: Pico Codazi de 119 km2 (UICN
categoría III), Cueva Alfredo Jahn de 0,6 km2 (categoría III UICN), Alejandro
Humbolt de 1,8 km2 (categoría III UICN), Juan Germán Rocio o Cerro de Platillón
80 km2 (categoría III de la UICN) y Morros de Macaira de 1 km2 (categoría UICN
III). Protección gubernamental es deficiente, y la mayoría de las áreas protegidas son
amenazado (incluso Parques Nacionales), a excepción de El Ávila, Henri Pittier y Pico Codazi
(Huber 1996).
Tipos y gravedad de las amenazas
La deforestación debido a la agricultura migratoria ha sido responsable de la mayor parte de la
destrucción de los bosques originales en las laderas bajas y medias de montaña. Uno de
las zonas más afectadas por la agricultura migratoria es el Cerro Turimiquire y la
Cerro Peonía en la sección oriental (Wege y Long, 1995). Asimismo, la menor
bosques montanos de la Península de Paria, donde la destrucción del hábitat sigue avanzando a
un ritmo alarmante (Long, 1995), se están alterando y se estableció después de la terminación
de una carretera que conduce a Macuro (Huber y Frame 1989). La deforestación en otras áreas
también es causada por la construcción de centros turísticos y recreativos en las inmediaciones de la
ciudades más grandes, que también comprende la construcción intensiva de carreteras en inaccesibles
áreas (Huber 1997).
Una gran amenaza para los bosques que quedan son los frecuentes incendios encendidos durante la estación seca en el ya
deforestada y en su mayoría sabana cubierta, que rodea las zonas más bajas. Aunque los incendios suelen hacer
no penetrar en el propio bosque nuboso, en algún lugar de los bosques montanos siempreverdes adyacentes
están siendo severamente reducida (Huber 1997).
Otra amenaza importante es la extracción selectiva de algunas especies de plantas de valor comercial.
A pesar de que ninguna de las especies de plantas conocidas venezolanos aún no se ha exterminado, algunos de ellos son
ciertamente en peligro o amenazadas. Esto es especialmente cierto para algunas especies de orquídeas de
género Oncidium, Cycnoches, Schomburgkia, Brassavola, Encyclia, Lycaste (Huber 1998)
muchas especies de catteya y la especie Masdevallia tovarencis (endémicas de la zona central
porción de la Cordillera de la Costa) (Steyermark 1977). También helechos arborescentes, cuyos troncos se hacen
en cestas colgantes para crecer orquídeas, están en gran demanda (Steyermark 1977).
Por último, la caza y la presencia de gran número de animales introducidos que se alimentan en pequeño desplazamiento
mamíferos y aves, son también una importante amenaza para la fauna. Esta situación se produce especialmente en
aquellas áreas que se encuentran cerca de zonas pobladas (Fernández-Badillo y Ulloa 1990).
Justificación de la Delimitación Ecorregión
Estos parches de bosque montano se producen en un mosaico de hábitats xerófilas que
predominar el norte de Venezuela, y por lo tanto son refugios para muchas especies -
incluyendo un alto porcentaje de especies endémicas (Stattersfield et al. 1998).
Delimitación de se derivaron de Huber (1988), y línea de trabajo se modificó siguiente
la opinión de los expertos de Smith (pers. comm), cuya experiencia extensa en la zona
ayudar a hacer distinciones críticas entre la cubierta vegetal original y actual. Este
archipiélago de bosques húmedos se caracterizan generalmente por distintos alzado
cambios, creando un gradiente en el clima y para ello la flora y la fauna
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